Realizar ejercicios físicos sencillos junto con el tratamiento del cáncer puede prevenir, en muchos casos, los daños nerviosos causados por la quimioterapia, para los cuales los medicamentos suelen ser ineficaces. Así lo revela un estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Basilea, en Suiza, en colaboración con un equipo interdisciplinario de Alemania, llevó a cabo una investigación con 158 pacientes de cáncer, de ambos sexos, que estaban siendo tratados con oxaliplatino o alcaloides de la vinca. Los participantes fueron divididos al azar en tres grupos: uno de control, que recibió la atención estándar, y dos grupos que realizaron sesiones de ejercicio dos veces por semana, de entre 15 y 30 minutos, durante el período de quimioterapia.
Uno de los grupos de ejercicio se centró en actividades de equilibrio sobre superficies inestables, mientras que el otro utilizó una plataforma vibratoria. Los exámenes periódicos realizados durante los cinco años siguientes mostraron que, en el grupo de control, aproximadamente el doble de participantes desarrolló neuropatía periférica inducida por la quimioterapia en comparación con los grupos que realizaron ejercicios.
Los resultados indicaron que los ejercicios practicados junto con la quimioterapia lograron reducir la incidencia de daño a los nervios entre un 50 % y un 70 %. Además, los pacientes reportaron una mejor calidad de vida, fue menos necesario reducir la dosis de los medicamentos contra el cáncer y se observó una disminución en la mortalidad durante los cinco años posteriores al tratamiento.
Los expertos destacaron que los participantes que recibieron alcaloides de la vinca y realizaron entrenamiento sensoriomotor obtuvieron el mayor beneficio. Estos hallazgos subrayan la importancia de integrar ejercicios físicos en el tratamiento del cáncer para mitigar los efectos secundarios de la quimioterapia y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
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