Redacción: Edgar Jiménez
El descubrimiento de las galaxias y sus agujeros negros centrales arroja nueva luz sobre la formación de los primeros agujeros negros supermasivos. El nuevo trabajo se publica en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Usando observaciones del Atacama Large Millimeter Array (ALMA) de Chile, el equipo encontró que la galaxia que alberga este nuevo agujero negro supermasivo, llamado COS-87259, es extremadamente extrema, formando estrellas 1.000 veces más rápido que nuestra propia Vía Láctea es varias veces más grande y contiene más de mil millones de masas solares de polvo interestelar.
La Vía Láctea brilla tanto por los intensos estallidos de formación de estrellas como por el agujero negro supermasivo en expansión en su centro.
Se cree que los agujeros negros son un nuevo tipo de agujero negro primordial cubierto por una gran cantidad de "polvo" cósmico que emite luz en la parte infrarroja del espectro electromagnético.
Los investigadores también descubrieron que este agujero negro supermasivo en crecimiento, comúnmente conocido como núcleo galáctico activo, produce poderosos chorros de material que viajan a través de su galaxia a casi la velocidad de la luz.
En el centro de casi todas las galaxias de hoy hay un agujero negro de millones a miles de millones de veces la masa de nuestro sol. Cómo se forman estos agujeros negros supermasivos sigue siendo un misterio para los científicos, especialmente porque el universo es muy grande y se han descubierto varios de estos objetos.
Debido a que la luz de estas fuentes tarda tanto en llegar a nosotros, las vemos como existieron en el pasado; en este caso solo 750 millones de años después del Big Bang, o alrededor del 5% de la edad actual del universo.
En el universo primitivo, la única clase de agujeros negros supermasivos que conocemos son los cuásares, agujeros negros activos que están oscurecidos relativamente débilmente por el polvo cósmico. Estos cuásares son extremadamente raros a distancias similares a COS-87259, con solo unas pocas docenas en todo el cielo.
El sorprendente descubrimiento de COS-87259 y su agujero negro ha planteado varias preguntas sobre la cantidad de agujeros negros supermasivos muy tempranos y los tipos de galaxias que suelen formar.
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