Redacción Frida
En la década de los 70, Steve Selvin, un reputado estadístico y profesor jubilado de la Universidad de California, comenzó a mostrar signos de que algo no iba bien en su mente. Su hija, Liz Selvin, recuerda que su padre podía relatar historias del pasado, pero se volvía extrañamente reservado sobre el presente. Lo que inicialmente se interpretó como ansiedad o depresión resultó ser un síntoma de demencia, una enfermedad que afecta a más de 55 millones de personas en todo el mundo, incluyendo al menos 1,2 millones en España.
La demencia es un síndrome provocado por diversas enfermedades o lesiones que dañan las células cerebrales y sus conexiones sinápticas, lo que conduce al deterioro progresivo de la capacidad cognitiva, el razonamiento, el control emocional y la movilidad. Afecta principalmente a personas mayores, pero no es una parte normal del envejecimiento. Cada tipo de demencia depende de la parte del cerebro afectada y se manifiesta de manera diferente. Algunos tipos son manejables, pero pocos son reversibles, y las opciones de tratamiento son limitadas y arriesgadas.
La demencia no sólo cobra un alto costo emocional para quienes la padecen y sus familias, sino que también tiene un costo económico significativo. Según la Organización Mundial de la Salud, la demencia costó a las economías mundiales más de un billón de euros en 2019. La mitad de la responsabilidad del cuidado recae en familiares y amigos, en su mayoría mujeres.
El diagnóstico de la demencia es un desafío debido a la variedad de síntomas y tipos de enfermedades que pueden causarla. Los síntomas comunes incluyen pérdida de memoria, desorientación en el tiempo y espacio, cambios en la personalidad y la conducta, dificultades en la comunicación y problemas en la realización de tareas diarias.
La demencia puede ser causada por diversas enfermedades y lesiones, como la enfermedad de Alzheimer, la demencia con cuerpos de Lewy, la demencia vascular y la demencia frontotemporal, entre otras. Cada una de estas enfermedades afecta diferentes áreas del cerebro y se asocia con síntomas específicos.
A pesar de los avances en la investigación, el cerebro sigue siendo una "última frontera" en términos de comprensión, ya que es una máquina electroquímica altamente compleja. Sin embargo, se están realizando progresos en la identificación temprana de personas en riesgo a través de pruebas cognitivas y análisis de proteínas en sangre.
La prevención de la demencia implica llevar un estilo de vida saludable, incluyendo una dieta balanceada, ejercicio regular, no fumar y controlar la presión arterial y el azúcar en sangre. A pesar de los desafíos, la investigación está avanzando hacia una mejor comprensión de la demencia, lo que podría eventualmente llevar a métodos más efectivos de prevención y tratamiento.
En última instancia, la demencia es una realidad que afecta a muchas personas en todo el mundo, y aunque el camino hacia la comprensión y el tratamiento completo es largo, la conciencia y la investigación continúan avanzando para hacer frente a este desafío que cambia la vida de aquellos que lo enfrentan.
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