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Hoy, en el marco del Día Mundial de la Salud, se ponen de manifiesto los desafíos que enfrenta México en cuanto al acceso y la disponibilidad de servicios de salud para su población. Datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) indican que alrededor del 40% de los mexicanos encuentran dificultades para acceder a servicios médicos de calidad.
Esta situación es especialmente preocupante para los grupos más vulnerables, como las personas de bajos recursos y aquellos que viven en áreas rurales. A pesar de los esfuerzos por mejorar la cobertura y la calidad de los servicios, queda en evidencia una brecha significativa en el ejercicio del derecho humano fundamental a la salud.
Uno de los retos más importantes es la persistente informalidad laboral, que afecta a la mitad de la fuerza laboral en el país. La falta de afiliación a instituciones de seguridad social, como el IMSS, deja a muchos trabajadores sin acceso a servicios médicos básicos.
Las disparidades regionales y socioeconómicas también juegan un papel crucial en el acceso a la salud. Mientras que las áreas urbanas suelen contar con una mejor infraestructura y recursos, las zonas rurales se enfrentan a mayores dificultades. Además, las personas con mayores ingresos tienden a acceder a servicios de salud privados de mejor calidad.
El gasto público en salud en México no ha logrado alcanzar el nivel recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que sugiere destinar al menos el 6% del PIB al sector salud. Esto contrasta con países como Estados Unidos, Alemania y Francia, que asignan una proporción considerablemente mayor de recursos a la salud.
Además de la falta de recursos financieros, se identifican desafíos en términos de infraestructura, capacitación del personal médico y distribución equitativa de servicios de salud en áreas marginadas. La calidad de la atención médica también se ve afectada por la burocracia y la sobrecarga en las instituciones de salud.
En conclusión, el acceso efectivo a la salud en México sigue siendo un desafío complejo que requiere medidas integrales. A pesar de los avances logrados, es necesario redoblar esfuerzos en infraestructura, igualdad, eficiencia y recursos humanos para garantizar un acceso equitativo y de calidad a servicios médicos para todos los mexicanos.
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