La descripción cronológica de lo que estamos viviendo en nuestros días, se podrá analizar con el paso del tiempo, revisando información pública, publicaciones en diarios y revistas, declaraciones de Gobernantes, pero, sobre todo, visualizando lo que se hizo en este periodo y si perduró en los años por venir en beneficio de México.
Si analizamos en la historia de México, las experiencias de lo que vivió durante la Guerra de Independencia, eso que ahora se ha denominado la Primera Transformación del país, etapa que hizo surgir del dominio extranjero, a una gran nación.
Fue la Reforma, la que ahora se ha denominado la Segunda Transformación de este país, metamorfosis que nos hizo transitar hacia un estado nacional con pilares constitucionales sólidos, así como la separación de la Iglesia del Estado.
Ya en el siglo pasado se consumó lo que ahora se denomina como la Tercera Transformación de este país, que surge como una necesidad de combatir una dictadura que si bien impulsó para aquellos entonces una modernización de las comunicaciones en el país, nuevas oportunidades en materia educativa y algunos otros avances que no hay que perder de vista, motivó un nuevo movimiento para combatir la explotación de un gran sector de la población, a manos de propios y extraños y lograr, entre otros temas de alcance democrático, se hiciera valer el voto y no se permitiera la posibilidad de perpetrarse en el poder, cuyos efectos se vieron con plenitud una vez que fue promulgada la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos vigente, así como la institucionalización de la sociedad.
El resultado en cada una de las etapas fue exitoso para la problemática que se vivía previo a cada uno de los movimientos sociales, armados, de impacto político y económico, sin embargo, se incurrió en otros vicios que hicieron crisis años después con abusos que tiempo después fueron combatidos, inclusive con intromisiones del extranjero que motivaron entre otras soluciones que se buscara un nuevo orden constitucional en cada etapa.
En efecto, el común denominador de cada una de las ahora llamadas transformaciones del país, tuvieron la implicación de generar nuevas reglas constitucionales y cualquiera de los instrumentos supremos fueron en su tiempo, órdenes avanzados que dejaron constancia también que como mexicanas y mexicanos, somos capaces de alcanzar acuerdos en beneficio de la mayoría y de combatir la injusticia.
Hoy día, el alcance real que en la historia tendrá esta etapa autodenominada como la Cuarta Transformación, debe lograrse a partir de un México sin violencia, sin guerra, con libertades, con salud, con desarrollo, con el derecho que tenemos todas y todos los mexicanos a progresar, a ganar dinero y estabilidad, a interactuar sin confrontación en un ambiente de respeto, sin destruir lo bien hecho y con las sanciones ejemplares a los abusos de los gobernantes.
Esto que describo y lo que observo en nuestra sociedad, me da pauta para afirmar que nos falta mucho para lograr tener una línea de base sólida, en materia de seguridad, de momento no hay condiciones para disminuir la violencia en el país, la afrenta al Estado Mexicano es directa, nuestros recursos son escasos y en este momento por desgracia, no se puede asegurar que la estrategia planteada desde el Gobierno Federal vaya a ser exitosa.
En materia económica, tenemos un panorama mundial complejo derivado de la pandemia. En el ámbito nacional, la crisis es manifiesta, antes de la pandemia, con un crecimiento anual del 0.1%, lo que se diga es superado por hechos que todas y todos podemos describir sin necesidad de mas. Desempleo, falta de dinero generalizada, endeudamiento público y privado, no hay capacidad para consolidar una posición económica, por el contrario, el temor a perder el empleo aquellos que aún lo conservan, es muy alta. La mayoría de los Gobiernos Municipales con una crisis mayor a la que han tenido históricamente por falta de dinero, los entidades que aportan recursos a la federación, buscando un nuevo pacto fiscal, no obstante las medidas de austeridad aplicadas, el Gobierno Federal cada vez dispone de menor cantidad de recursos, las dependencias en su afán de alcanzar la reducción del 75% de su gasto corriente, adoptan decisiones que no se observan adecuadas al entorno en el que nos encontramos, de manera adicional, falta de insumos en hospitales, medicamentos, en fin, una crisis generalizada que la gran mayoría resentimos en nuestra vida cotidiana.
Lo que buscamos es convertirnos en un México modelo siglo XXI, sin ejecuciones en las calles, con reducción real de la violencia no por haber estado en cuarentena, sino porque los índices delictivos efectivamente hayan bajado, con los equilibrios necesarios para diseñar políticas públicas con el enfoque de todas las fuerzas políticas que superen por mucho a los decálogos unipersonales que se lanzan desde la iniciativa privada y desde el Gobierno y conviertan la participación de todos los sectores de la sociedad en la brújula que nos llevará a tener mejores condiciones para vivir, en ese momento y solo ahí, estaremos en condiciones de darnos un nuevo orden constitucional, de vanguardia, que atienda a la sociedad en su conjunto y no solo a unos cuantos y que bajo ninguna circunstancia se limite o pierda el derecho que tenemos todas y todos de coincidir o disentir en las ideas con la finalidad de construir acuerdos que beneficien a nuestras familias y en consecuencia a México.