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Cuando responder se hace con clase y academia

CULTURA IMPAR

José Manuel Rueda Smithers


Mas la mala memoria o el poco cuidado que se pone en el análisis de los acontecimientos políticos cotidianos, hacen que se vean como nuevos o insólitos hechos que,

en el fondo, implican una reiteración histórica.

Discurso de Jesús Reyes Heroles en 1973




Concluyó una semana llena de ataques políticos a diestra y siniestra, de información y comentarios chocando unos con otros, casi sin permitir la reflexión seria. Esa sin duda, pareciera la apuesta más clara del gobierno para frenar tantos ataques que recibe desde todos los lados posibles.


Dentro de esa maraña de problemas que vive México, con evidentes faltas de compromiso –o errores de gobernanza también- al frente del país, hubo dos temas en los que sin duda alguna, el inquilino del palacio erró en su peculiar forma.


Aunque no en ese orden, atacó sin medir consecuencias a la Universidad Nacional Autónoma de México y al rector Enrique Graue. El otro tema fue defender a Claudia Sheinbaum por sus pifias al frente del gobierno de la Ciudad de México, ya fuera por las fallas en el Metro, ya fuera por su promoción como aspirante a la candidatura de la presidencia de la República.


En el primero de los casos y una vez que la FES Aragón confirmara que la ministra Yasmín Esquivel sí plagio su tesis de licenciatura, la UNAM informó que carecía de mecanismos para invalidar un título expedido por ellos mismos, por lo que pidió a la SEP resolver el caso.


Aquí donde se dejó ver abierta la molestia de López, quien ‘reclamó’ que la UNAM no resolviera si el título de la ministra es válido o no y acusó Enrique Graue de “lavarse las manos”, como Poncio Pilato.


“Yo lo planteé aquí, ellos debían resolver. Su tribunal tenía que hacer la recomendación sobre si es válido o no el título. Vamos a ver nosotros, se va a

analizar. Lo mejor es que la UNAM diga: sí o no, es válido su título o no es válido. Lo que quieren es que seamos nosotros los que decidamos”, protestó AMLO durante la conferencia de prensa del 12 de enero.


El viernes 2, el propio rector universitario dio un mensaje de esos que valen mucho por la forma, por el decir las cosas de manera elegante y como académicamente debía ser.


Enrique Graue -sin mencionarlo directamente- respondió al presidente sobre el caso de la ministra Yasmín Esquivel, y su tesis de licenciatura de 1987.


En un mensaje abierto, la autoridad de la UNAM aseguró que “de ninguna manera” está evadiendo su responsabilidad (como acusó AMLO), y sentenció que su actuar responde al marco legislativo de la Universidad Nacional. Y es cierto, aunque muchos esperábamos más fuerza en esas palabras. Mejor así.


Respecto del otro tema, el líder espiritual de Morena hizo lo que en muchos libros de texto señalan como la menor manera de atacar un problema. Estar dentro de él. Si Claudia es su consentida, hacer la mañanera desde el edificio del gobierno de la Ciudad el mismo viernes, fue la forma más clara de mostrarlo.


También habló de la UNAM, y pidió a las autoridades universitarias presentar una denuncia para que sean las instancias judiciales quienes resuelvan el caso de Yasmín Esquivel. Habrá que esperar.


Por lo pronto, apoyando a su “consen”, se dijo que durante el despliegue de la Guardia Nacional en el Metro sólo ha habido dos incidentes y la seguridad en este Sistema de Transporte es mayor.


Con estar ahí, sonriente, bastó. Es lo de menos. Como decía un verdadero líder político: la forma es fondo.

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