NOTA
Redacción Diego Chimal ANCOP
Es un hecho que la realidad supera la ficción y es que hoy existen robots biohíbridos formados de materiales orgánicos y materiales artificiales y se han vuelto los responsables de alimentar las fantasías de la ciencia ficción desde siempre. Ahora gracias a científicos, la idea de robots con piel humana no suena tan lejana.
Desde hoy se ha creado un nuevo material similar a la piel humana, desarrollada por un equipo de investigadores de la Universidad de Tokio, el material fue probado al revestir el dedo de un robot, es repelente al agua y tiene capacidad de autocuración.
“El dedo tiene un aspecto ligeramente sudoroso justo después de salir del cultivo”, comenta Shoji Takeuchi, de la Universidad de Tokio.
La ideología de tener un aspecto “real”, es una de las principales prioridades de los robots humanoides pensados para interactuar con los humanos en sectores como la sanidad y los servicios.
Lo más parecido que se tenía a la piel humana hasta ahora, era la piel de silicona, con que se intenta dar una apariencia humana a los robots, sin embargo, el material no es suficiente cuando se quiere copiar texturas delicadas como las arrugas o funciones específicas de la piel.
Para poder conseguir esta nueva piel, el equipo experto sumergió un dedo robótico dentro de un cilindro relleno de una solución de colágeno y fibroblastos dérmicos humanos, los dos componentes principales que forman los tejidos conectivos de la piel. Lo que provocó que el tejido se ajustara como si fuera una impresión. Además de que facilitó que se adhiriera la siguiente capa de células, los queratinocitos epidérmicos humanos.
Estas células constituyen al 90% de la capa más externa de la piel, lo que le provoca al robot una textura similar a la piel real. Además, la piel creada tenía la suficiente resistencia y elasticidad para soportar los movimientos dinámicos del dedo robótico al curvarse y estirarse. Y la capa más externa era lo suficientemente gruesa como para poder levantarla con unas pinzas y repeler el agua.
Hasta el momento, esta piel sintética es mucho más débil que la natural y no puede sobrevivir mucho tiempo sin un suministro de nutrientes y eliminación de residuos, aunque Takeuchi y su equipo se comprometieron a que resolverán estos problemas hasta lograr incorporar estructuras más sofisticadas en ella, como neuronas sensoriales, folículos pilosos, uñas y glándulas sudoríparas.
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