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COSTOS EN UN ALBERGUE PARA ANIMALES

En nuestra entrega anterior, ANCOP dio cuenta de las vivencias sobre el albergue para perros de Deborah, en el Ajusco, nos dimos a la tarea de averiguar los costos que una de estas nobles acciones representa.

¿Sabes cuánto cuesta mantener un perro? ¿Imaginas mantener a 10, 20, 50 perros en un albergue? Deborah López Copp nos contaba que en sus espacios mantiene a casi 70 perros, en su mayoría abandonados por la gente, algunos además, fueron lastimados.

Lo cierto, es que según la raza, la recomendación es alimentar una o dos veces al día. Si tu perro es pequeño, tal vez necesite alimentarse con mayor frecuencia, aunque en menor cantidad. Los perros grandes, necesitan más alimentos que los que tienen la vida más lenta, gracias a que su metabolismo es más pausado, necesitan solo lo necesario en nutrientes para estar sanos, activos y llenos de vida.

Ella nos hizo un rápido recuento mental sobre todo lo que deben pasar, semana a semana para lograr tener, lo más confortables y bien alimentados a los perros que les llegan o que recogen de las calles.

“Pagamos $1,500 pesos de renta a la semana, porque me cobran por semana. De croquetas, son $4200 pesos también a la semana. Pagamos a un trabajador que nos ayuda, $1700 y $500 de agua porque es de pipa, aunque también recaudo de la lluvia cuando se puede.

En suma, lograr que un albergue para perros funcione con normalidad, sin lujos ni nada parecido, en la Ciudad de México, “alrededor de $7,900 pesos a la semana, lo que hace una suma muy considerable cada mes, y esto sin considerar nada de veterinaria ni de otros gastos”, nos explica esta mujer entregada a salvar animales.

“¡Uffff, no sé ni cómo le hago. Y está la pandemia que a todo mundo nos afectó, pero aquí andamos”, explica.

Al cuestionarle sobre los apoyos que podrían recibir de autoridades, de amigos, de gente comprometida como ellos, lo pensó dos veces, y soltó su realidad: “Una vez me decía una amistad: Deborah, duérmelos ya estás muy acabada… pero qué cosa tan solo pensar eso, le contesté. Y continúa su relato “Hubo días de solo tortillas, pero ¿Cómo que duérmelos? Eso, jamás”, dice contundente. “Y no me da pena, pero ando vendiendo por celular o en mi tiendita, y los jueves, de ley, en un tianguis. Pero de que comen, comen.

Una licenciada, muy divina, en el ramo del Turismo que me da $1,200 a la semana cómo apoyo al Sr Armando que me ayuda a limpiar y en todo”, concluye con la sonrisa a flor de labios.

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