El jefe del equipo de expertos en COVID-19 en Shanghái, Zhang Wenhong, comentó durante una entrevista para el diario digital Caixin que existía una alta probabilidad que se produzca un segundo brote de coronavirus durante noviembre que podría afectar a China y a otros países.
A pesar de que esta potencia asiática ha logrado salir poco a poco de la pandemia que duro alrededor de cuatro meses, y ha regresado a sus labores paulatinamente, Wenhong prevé que, con la llegada del invierno, podría haber una nueva manifestación del virus que posiblemente sea más peligrosa y mortífera que la que ya se ha presentado.
Aunque exista la posibilidad de que el nuevo brote pueda ser más peligroso, este será manejable, pues China se ha enfrentado previamente ante este virus y le conoce, ventaja que a finales del años pasado no tenía.
El cálculo sobre este nuevo brote se basa en que, debido a que los casos por coronavirus han reducido, los gobiernos regionales de China han decretado que las personas vuelvan a salir a las calles para trabajar; además de que los casos importados constituyen también un riesgo, pues a causa de éstos se han confirmado nuevos en las últimas semanas, lo que ha provocado que China cierre frontera terrestre con Rusia.
Pese a esta situación, Wenhong afirmó que no se requerirá una repetición de las medidas de aislamiento que China implementó durante el primer brote de esta enfermedad.
“Durante mucho tiempo, la prevención y el control de las epidemias pasarán por períodos de relajación y endurecimiento. Será posible vivir y trabajar normalmente, pero probablemente no será posible erradicar completamente los brotes”.
Ante estas nuevas noticias, lo único que queda para los demás países es concentrarse en luchar contra esta pandemia, tomando las medidas sanitarias y de seguridad que cada país ha establecido.
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