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Columna horas extras: ¿Carreras del futuro?, ¿cuáles son?

Por Daniel Lee

Para hablar de las carreras del futuro no tenemos que cifrarlo únicamente en la robótica, por ejemplo.

Ya llegaron… están ahí, existen las vacantes. ManpowerGroup Addeco, OCC Mundial, Linkedin y otras bolsas reconocidas en recursos humanos, tienen coincidencias en que los perfiles han venido cambiando. También han identificado cada vez mayor demanda en especialidades como el Community Manager, dicho en otras palabras, el administrador de redes.

En Gobierno gradualmente va creciendo su presencia. Algunas dependencias, en este caso como la Fiscalía General de la República, Protección Civil, Secretaría de Relaciones Exteriores, Salud y en la misma Presidencia de la República descargan una responsabilidad muy delicada en esos jóvenes, cuyo rasgo principal radica en que son muy reactivos, por ello viven pegados literalmente al celular a otros dispositivos móviles, como una extensión de ellos mismos.

Los temas de coyuntura, los consabidos “ataques en redes” hacen de esos administradores una pieza fundamental porque deben reaccionar de manera muy ágil y con todo el conocimiento. Alertar, contrarrestar comentarios o desinformaciones, son el pan de cada día.

Su trabajo en ocasiones podría quizá ser comparado como el controlador de vuelos de un aeropuerto. Nadie se imaginaría cuanta responsabilidad pesa sobre sus hombros. En un sentido estricto más que una sola persona, esto debe apuntar a que sea todo un equipo quien se encargue de estas tareas, y no en jornadas de ocho horas porque su supone un desgaste emocional y un estrés laboral muy fuerte.

Ahí radica la importancia de ambientes más relajados, llamémosle ecosistemas. Y son labores más a la medida de los millennials. Difícil será ver a un cuarentón haciéndose cargo de ellos, cuando estos jóvenes sí tienen un gran dominio de las redes, y son nativos tecnológicos por naturaleza.

En contraste, hay puestos que están desapareciendo y van a desaparecer mucho más fácil, como los tele-operadores, personas operativas de muy básica actividad no repetitivas, choferes, por ejemplo.

Más allá de un tema de ficción ya estamos viendo en algunos países autobuses y trenes que no necesitan de un conductor, pero al mismo tiempo se están generando otras necesidades en el campo laboral.

Para muchos especialistas algunas “posiciones del futuro” tienen que ver con la 4ta Revolución Industrial, donde hablamos de una época de conocimientos y de cambio tecnológico intenso, donde se calcula que a nivel global se van a perder tal vez siete millones de posiciones, porque van a ser sustituidas por robots, por un software o por algo que no sea humano. Inteligencia artificial que ya es creada por esos millennials.

Y volvamos a esas llamadas carreras del futuro para los millennials. Algunas van escalando posiciones conforme a la realidad que vivimos.

Por ejemplo: Creador de Partes del Cuerpo, es una de las carreras del futuro; otra más, granjeros de alimentos creados mediante la genética; granjero eólico, diseñador de vehículos alternativos, ingeniero biorefinador, diseñador de contenidos a la medida, administrador de información que no sirve, bróker de tiempo; personal brander, consultor de avatars, abogados virtuales, policías de la modificación del cambio climático, especialistas en seguridad biomédica, especialista en archivo virtual, nanomédico y hasta recolector de datos.

Esto es lo que está siendo requerido, no todas, pero gradualmente en el futuro mediato vamos a necesitar esto. Se sabe que hay un déficit importante de programadores, por ejemplo.

Y en eso habrá que poner mucha atención: porque esto es lo que debemos visualizar ya. El futuro ya nos alcanzó, y en esta nueva realidad los jóvenes, los millennials, juegan un papel fundamental.

Pero… ¿Cómo aceleramos la formación en esas competencias? Por qué hoy no existe algunas carreras, Cómo generar currícula, sin duda habrá respuestas, pero van a tardar unos cinco años, y cinco años es demasiado tarde.

¿Qué hacer?... ¿qué sigue?… romper paradigmas formar en los jóvenes la competencia de aprender a aprender, de adaptarse al cambio e impulsar a que sean ávidos de seguir conociendo todos los días, esto es lo que tenemos que formar. Y hay mucho por hacer sobre todo desde las Universidades y el gobierno.

Debemos mirar hacia esa habilidad transversal. ¿Por qué le llamamos transversal? porque aplica a todo el mundo dependiendo del nivel jerárquico o la carrera que estudio de origen para adaptarse a aprender. Es muy importante “desaprender” también y generar conocimiento y valor agregado. En México que bueno que lo están entendiendo así desde la primara, donde lo primero que debemos hacer es precisamente aprender para aprender. Dejando atrás el memorizar datos sin entenderlos sin comprender… en una suerte de solo repetición.

Esto abre desde esas edades, la creatividad, la imaginación, la creación. Si algo distingue al millennial es precisamente que siempre se está inventando algo; piensan en una marca, en crear alguna franquicia y muchos de ellos avanzan a pasos agigantados.

Muy a lo mexicano se podría señalar el caso de “Las KeKas”, son tan solo quesadillas de chicharrón, queso, picadillo, etc. Quizá nada tendrían de especial, pero un joven comenzó con su “changarrito” y hoy ya comercializa su marca, y hace negocio convirtiéndola en franquicia.

Esto le ha resultado un negocio de ganar, ganar, donde su pequeña empresa es a la que le tienen que comprar hasta la masa para las quesadillas y todos los insumos.

Como ese caso hay muchos, por citar otro “Sin delantal”, inició como una aplicación y hoy es todo un éxito. Quién lo creo, ¡un jovencito!, un muchacho que le apasiona la tecnología. Sin ir más lejos Uber, igualmente fue creado por jóvenes emprendedores y todo partió de crear una app.

Hay una larga lista de casos de éxito en los que estos muchachos han demostrado qué son capaces. Quizá una de las tendencias a futuro es que prefieran más que emplearse en un trabajo, mejor convertirse en emprendedores, pequeños empresarios. Seguro lo que sí habrá, será entusiasmo, ideas, creación, empuje, y sobre todo… innovación.

Dirán los expertos, hay que avanzar urgentemente porque todos tenemos que ser más competitivos, hacer más con menos, ser más rentables y productivos.

El juego de hoy se llama productividad y competitividad, y en eso nos tienen que enfocar sus baterías las organizaciones, las compañías, el propio gobierno.

Hoy como nunca antes, la formación, las habilidades, deben ser la constante de toda política pública. Sin embargo, también habrá que reconsiderar muchos otros aspectos que regularmente quedan al margen.

¿De qué estamos hablando? de que muchas veces sólo pensamos en la población urbana, educada, pero no nos detenemos para ver la realidad en las zonas rurales, donde si bien no están las condiciones para que el joven encuentre un empleo formal, lo que sí puede hacerse es impulsar la creación de proyectos productivos viables, y, sobre todo, al alcance. Eso ayudaría a abatir la informalidad de este país.

Las instituciones de México deberían estar empujando programas de responsabilidad social, hacer mayor sinergia con la iniciativa privada. Es una lástima que los millennials aun cuando representan un gran potencial terminen solos, sin apoyo y para colmo ignorados.

Más allá de vanagloriarse de cantar cifras alegres en materia de empleo, diciendo una y otra vez que “se han alcanzado registros históricos”, por qué la autoridad no desviste toda la verdad y complementan esa información con datos duros: Sí, hay nuevos puestos de trabajo, pero lo cierto es que son con cada vez con salarios muy precarios.

¿Quién no conoce jóvenes, recién egresados de una Universidad, que hablan inglés, que ya tienen una maestría, pero que no encuentran trabajo? En muchas ocasiones el puesto que llegan a encontrar, les estará pidiendo experiencia, y si al final del camino se concreta la vacante, seguro podría ser con un salario de miseria. “Sorry” es una realidad en México.

No hay fórmulas mágicas lo sabemos, por eso mismo, gobierno e iniciativa privada deben tener mayor visión. Pareciera que un millennial es siempre clase media, o clase alta. Para nada, hay jóvenes de extracción muy humilde que, si bien no tienen un teléfono celular o algún otro dispositivo móvil de última generación, sí saben sacarle jugo al que tienen por modesto que sea.

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