En el Día Mundial de la Salud Menstrual, se intensifican los esfuerzos para enfrentar un problema urgente: la pobreza menstrual. Afectando a 1 de cada 3 adolescentes en América Latina, la falta de acceso a productos de higiene menstrual impide que muchas niñas y mujeres participen plenamente en la educación y el trabajo. Este año, el foco está en mejorar el acceso a productos esenciales y en educar sobre la menstruación como un derecho humano básico.
Organizaciones como la Aids Healthcare Foundation (AHF) en Argentina están tomando medidas concretas, como distribuir productos menstruales gratuitos y ofrecer charlas de sensibilización. Además, en algunas provincias argentinas ya se están implementando políticas públicas que aseguran el acceso gratuito a productos menstruales, demostrando que es posible cambiar esta realidad.
El compromiso de la comunidad global y los esfuerzos locales son vitales para asegurar que todas las personas que menstrúan puedan vivir con dignidad y participar plenamente en la sociedad. Este 28 de mayo, unámonos para poner fin a la pobreza menstrual y garantizar una vida más saludable y equitativa para todos.
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