Redacción Laura
Después de una espera llena de expectación, la cápsula de la nave OSIRIS-REx ha hecho su tan esperado retorno a la Tierra, aterrizando con precisión en un polígono militar restringido en el desierto de Utah. En su interior, alberga un tesoro inestimable: alrededor de un cuarto de kilo de regolito recolectado del asteroide Bennu, convirtiéndose así en la sexta muestra de origen extraterrestre que ha sido traída a nuestro planeta.
El asteroide Bennu, una formación rocosa con forma semejante a un diamante que orbita entre la Tierra y Marte, ha sido el foco de atención de los científicos desde el lanzamiento de la sonda en 2016. Las meticulosas proyecciones de la NASA predijeron con exactitud la hora de aterrizaje a las 16:52 (hora peninsular española).
A pesar de las condiciones extremas que enfrentó la cápsula durante su reentrada a la atmósfera terrestre, con velocidades superiores a los 40,000 km/h y temperaturas aproximadas de 3,000 grados en su superficie, aterrizó con éxito. Sin GPS ni baliza, su trayectoria fue rastreada por radar y cámaras de vídeo automáticas.
Las muestras se mantendrán en estrictas condiciones de hermeticidad hasta su llegada al centro espacial de la NASA en Houston. El propósito es evitar cualquier contaminación y preservar la integridad del material hasta su posterior estudio y catalogación. El proceso, que durará alrededor de seis meses, permitirá desglosar el contenido grano por grano.
El asteroide Bennu fue seleccionado como objetivo por su riqueza en carbono, lo que podría sugerir la presencia de aminoácidos y, en consecuencia, trazas de moléculas precursoras de la vida. Además, Bennu representa un interés particular debido a su trayectoria, que podría acercarlo peligrosamente a la Tierra en el futuro.
Mientras la comunidad científica celebra el éxito de esta misión, la nave OSIRIS-REx ya ha emprendido su siguiente misión. Solo 20 minutos después de soltar su cápsula, la nave ha ajustado su curso hacia el asteroide Apophis. Si bien no recogerá muestras de esta roca espacial, la estudiará desde la distancia.
Con la llegada de las muestras de Bennu, la Tierra cuenta con material de seis orígenes extraterrestres. Estas misiones y su éxito son un testimonio del ingenio humano y la persistencia en la búsqueda de respuestas sobre nuestro lugar en el cosmos. Estas muestras, más allá de su naturaleza extraterrestre, se convierten en puentes hacia una mejor comprensión del universo en el que habitamos.