La experta Judith Rivas Ulloa, de la Universidad del País Vasco (UPV), resaltó la profunda conexión entre el arte del baile y las matemáticas, demostrando cómo desde el ballet hasta los bailes folclóricos se entrelazan con números y geometría de manera fascinante.
Durante la conferencia "Paso de baile a ritmo de matemáticas" en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Rivas compartió cómo la música marca el compás, una forma matemática de medir los sonidos, utilizando fracciones para denotarlos. Ejemplificó cómo en distintos géneros como el paso doble o el vals, los compases de dos o tres cuartos generan patrones rítmicos matemáticamente estructurados que guían los movimientos de los bailarines.
En el ámbito del ballet, resaltó la nomenclatura de pasos y posiciones que utiliza numerales ordinales, así como nombres específicos para cada movimiento, como el "entrechat deux" o el "rond de jambe", cada uno con su propia estructura matemática subyacente.
Asimismo, mencionó cómo en bailes folclóricos mexicanos, los nombres de los pasos como "ocho vicios" o "siete pecados" reflejan esa vinculación numérica inherente a la danza.
La geometría también juega un papel crucial, desde las parejas que se desplazan en círculos en bailes de salón hasta la formación de figuras geométricas en danzas como la de los concheros o la Danza de los arcos en el País Vasco.
La simetría y las isometrías son elementos fundamentales, evidentes en coreografías donde se replican movimientos de manera especular o se buscan formas simétricas a través del diseño de bailes, como en el caso del francés Sadeck y su "Mirror danza".
Además, destacó figuras clave en la historia de la danza como Rudolf Laban y Merce Cunningham, quienes exploraron la relación entre el movimiento y las estructuras geométricas, incluso utilizando herramientas digitales para crear coreografías.
En la era actual, los coreógrafos digitales continúan esta exploración, utilizando programas informáticos que emplean las matemáticas del caos para generar nuevas formas de expresión artística, fusionando así el arte del baile con el rigor matemático en un constante diálogo creativo.
La danza, por tanto, se erige como un campo donde la armonía entre el arte y las matemáticas se entrelaza en cada paso, cada movimiento y cada expresión, creando un espectáculo que va más allá de lo estético para adentrarse en el mundo de los números y las formas geométricas, fusionando pasión y precisión en una danza eterna.
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