Redacción Laura
Siempre hemos creído que la concentración en clase y el completar todas las tareas son las principales claves para triunfar en la escuela. Pero, ¿qué pasaría si te decimos que lo que comes juega un papel crucial en tus calificaciones?
Efectivamente, nuestra alimentación tiene un profundo impacto en el funcionamiento cerebral, y específicamente en la comunicación entre neuronas. Esta se realiza gracias a señales químicas, que están estrechamente vinculadas a lo que consumimos.
Los neurotransmisores, que son los mensajeros en nuestro cerebro, llevan a cabo funciones vitales para nuestra capacidad cognitiva. Hay más de 60 tipos, pero uno en especial, la acetilcolina, tiene el poder de determinar si nuestro rendimiento académico es bueno, malo o simplemente regular.
Producida a partir de azúcares y colina, la acetilcolina regula la tensión, optimiza la memoria y favorece la comunicación. Además, es esencial en procesos como la motivación, la resolución de problemas y la reflexión. No solo eso, sino que también ayuda a promover una fase vital del sueño, donde se almacena la información aprendida durante el día.
Ahora bien, aunque no podemos encontrar acetilcolina como tal en los alimentos, sí podemos consumir colina, que luego nuestro cuerpo transforma. Así que, si buscas mejorar tu concentración y memoria, te recomendamos agregar a tu dieta: huevos, legumbres, nueces, semillas, brócoli, hígado de res, pavo, pollo y hasta un poco de café o canela. Aunque, claro está, no esperes que solo con cambiar tu dieta te conviertas en el próximo genio científico. La atención y el esfuerzo personal siguen siendo vitales.
Así que la próxima vez que obtengas una calificación no tan buena, quizás puedas culpar a tu falta de acetilcolina. Pero mejor aún, ajusta tu dieta y ponle ganas al estudio. ¡El éxito académico puede estar a solo un bocado de distancia!
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