Redacción Sofía Daniela Chávez Arteaga ANCOP

Alrededor del mundo siempre hay diferentes festividades que según la tradición, o la cultura, o el país pueden o no festejarse, sin embargo hay una fecha que se celebra en todo el mundo el mismo día y es la noche vieja. El cambio de año sin importar en que parte del mundo te encuentres siempre podrás realizar el famoso conteo regresivo antes de las doce, comerte uvas, pedir deseos, cenar y festejar que un nuevo año comienza.

La noche vieja, es la noche del 31 de diciembre, es decir, el último día del año, la noche de la víspera de cambio de año, un día para reflexionar, soñar, desear e incluso para dejar atrás y empezar de nuevo.

Cada país, en cada rincón del mundo siempre tiene diferentes formas de festejarlo y algo que es muy característico son los “rituales” que se hacen para recibir al año nuevo.

La cena en familia o incluso con amigos, los fuegos artificiales, la música, las uvas, el vino o la sidra, globos, incluso ropa interior de colores como roja o amarilla, para el amor y el dinero, son algunas de las cosas más significativas para este día.

Entre las muchas tradiciones que se realizan este día, están el intercambiar monedas o billetes entre familia o amigos, esto para representar que fluya el dinero a lo largo del año; o quizá correr con maletas hacía afuera de la casa, para simbolizar el deseo de muchos viajes en el nuevo año; y no dejemos de lado el romper copas, echándolas hacía atrás quebrando todos esos malos momentos del año y dejando el pasado, estas son algunas de las cosas y tradiciones que se tienen alrededor del mundo.

Un momento emotivo para muchos, emocionante para otros, y esperanzador para la mayoría de personas, con la expectativa de qué nos traerá un nuevo año, nuevos retos, nuevas metas, con optimismo de que las cosas cada vez sean mejores.

Una noche que siempre trae expectativas y esperanza a todo el mundo, con un emocionante conteo, doce uvas en la mano, abrazos y un ¡Feliz Año Nuevo! Es como la noche vieja se va.